El burrito más famoso de la literatura, protagonista de la obra de Juan Ramón Jiménez, Platero y yo, cumple 100 años. Lo bueno es que no se le nota nada, él sigue siendo pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
¿A que sí? ¿A que te acuerdas perfectamente de este párrafo con el que empieza la obra? Pues claro, este libro ha sido y es (supongo) de obligada lectura en todos los colegios de España.
Platero y yo, es un clásico de la literatura española del siglo XX. Según el Instituto Cervantes, todo un ejemplo de prosa poética modernista. Dedicado por Juan Ramón Jiménez A la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle de sol que me mandaba moras y claveles, describe la amistad y entre un viejo y su burro, relación de alegría, pena y agradecimiento. Un libro que sigue siendo bueno tanto para niños como para adultos.
¡Felicidades Platero!
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