jueves, 5 de marzo de 2015

Internet de las cosas

Parece que está de moda hablar de “Internet of Things”, o Internet de las cosas. Y lo estamos notando más esta semana, en la que se está celebrando el Mobile World Congress, en la ciudad de Barcelona. En todos los telediarios, radios y prensa escrita, se habla de ello.
Pero ¿qué es eso del “Internet de las cosas”? Para empezar es una tendencia que moverá ingentes cantidades de dinero en los próximos años.
Básicamente lo que se pretende es que estemos hiperconectados, que cada dispositivo que tengamos en nuestro entorno esté dotado de una dirección IP y se pueda conectar con todos los demás. Así que Internet saldrá de su redil, y se colará en todos nuestros aparatos domésticos. Y no sólo me refiero a la lavadora y al frigorífico, que era lo que hasta ahora sabíamos, sino que dispositivos como un interruptor, una bombilla o un termostato, también estarán conectados a la red de redes.
Así que, vamos a tener que acostumbrarnos a que nuestro frigorífico nos avise de que se nos están acabando las cervezas o tenemos pocos yogures, a que la luz del salón se vuelva más tenue si estamos viendo una película romántica, que el robot de cocina nos sugiera que cenemos una ensalada porque ya nos hemos pasado de calorías por hoy, que el coche se refrigere o se caliente 15 minutos antes de montar en él o las persianas de casa se bajen o suban desde el trabajo.
Como veis, estamos pasando de la comunicación entre personas a la comunicación entre máquinas, lo que ya se conoce como comunicación M2M o Machine to machine. Vamos, que a este paso, para decirle algo a tu madre, padre, hijo o pareja antes se lo vamos a tener que decir a un robot y que él se lo transmita.
Nos llenan de chips, de conexiones wifi, de antenitas, de aparatos… y nosotros tan contentos. No es que esté en contra de la tecnología, pero hasta estos extremos … me parece hasta peligroso.

¿Qué pasa con las relaciones humanas? ¿dónde ha quedado eso de salir con los amigos y no preocuparse del móvil? Hoy en día no sabemos vivir sin móvil, vamos a un bar y casi ni hablamos entre nosotros, pero estamos “hablando” con otra persona a través de la red. ¿Es que nos gusta más hablar con una máquina?

Sí, será una vida más cómoda, tendremos ciudades inteligentes, coches que aparcan solos, frigoríficos que nos dicen lo que nos falta y gestores de nuestro estado de ánimo… pero nuestras relaciones serán mucho más pobres. ¿No creéis que deberíamos hacérnoslo mirar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario