Las células del
ser humano poseen cada una en su núcleo 23 pares de cromosomas. Cada
progenitor aporta a su descendencia la mitad de la información genética, en
forma de un cromosoma de cada par.
El 21 de marzo se
celebra cada año, el día mundial del síndrome de Down, una alteración
genética que se produce cuando el par 21, en lugar de tener 2
cromosomas, tiene 3. De ahí el celebrarlo este día: 21/3
No quería pasar por
alto esta fecha, que me parece importante para que todos nos concienciemos de
que las personas con este síndrome no son enfermos, ni bichos raros, sino gente
cariñosa, que demuestran cada día su fortaleza y su valor, y a veces nos dan alguna lección que otra.
Personalmente conozco a algunas personas con síndrome
de Down, ahora mismo me vienen a la cabeza Margarita, Clara, José Manuel… y no
sé a vosotros, pero a mí me da la impresión de que todos se comportan de una
forma común, son siempre muy educados, muy cariñosos, un poco tímidos,
agradecidos, en fin, un amor, y si pensamos que todos ellos coinciden en que
tienen el cromosoma 21 triplicado, patrimonio exclusivo de estas personas, lo
mismo es este cromosoma el que hace que tengan esas virtudes y habilidades, ¿no
os parece?
Me gustaría
invitaros a ver el video de la campaña "La vida no va de cromosomas"
de la asociación Down España, donde se pretende demostrar que no hay
diferencias entre los niños con y sin síndrome de Down, acercando así a todo el mundo su manera de ser, pensar y sentir.
Ya sabes, el próximo 21 de marzo, acuérdate, además de que la primavera llega, de las personas con síndrome de Down, acuérdate de que la vida no va de cromosomas, y de que todos somos diferentes, ¡ahí está la gracia!
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