Julia Navarro

Esta autora madrileña, empezó tarde a escribir ficción y "casi por una casualidad".

En las vacaciones de verano, mientras supervisaba a su hijo pequeño, ella se dedicaba a la lectura. "Para aprovechar el tiempo, leí prácticamente todo, hasta los obituarios de los diarios y de la lectura de un obituario nació mi primera novela, La Hermandad de la Sábana Santa”, declara Julia.

Esta novela, fue publicada en 2004 y se convirtió de inmediato en un éxito tanto nacional como internacional: fue editada en más de 30 países.

Los libros que le siguieron también fueron bestsellers. 

Aunque a menudo para caracterizar su obra se dice que escribe novelas históricas, ella no está de acuerdo, pues ella, simplemente quiere que los escenarios en los que se mueven sus personajes estén bien construidos y respondan al momento histórico que están viviendo, por eso, la labor de documentación para esta autora, es muy importante. 

Su último libro, “Dispara, yo ya estoy muerto”, arranca en San Petesburgo, en 1880, cuando empiezan los pogromos (linchamiento de un grupo étnico, religioso…en este caso, judíos) en Rusia. 

Los supervivientes de la familia Zucker, de uno de estos pogromos, llega a tierra Santa y adquiere las tierras de los Ziad, familia palestina encabezada por Ahmed.

A partir de este momento se entrelazarán sus vidas durante varias generaciones.

Personalmente, quiero recomendaros este interesantísimo libro, en el que se puede entender el origen del conflicto entre Israel y Palestina. La novela termina en 1948, cuando realmente empieza el conflicto, por lo que se ve y se entiende perfectamente cómo se origina el mismo. 

Me quedo con una reflexión que escuché a la autora en una entrevista: “Todos venimos a este mundo con un pack: época en la que nos toca vivir, lugar, condiciones socio-económicas de nuestras familias, religión … y con ello tenemos que lidiar.” 

Esto es lo que deberíamos pensar los que hemos tenido la suerte de nacer en un lugar del mundo privilegiado, en el que no hay guerras y se puede salir a la calle con tranquilidad.