miércoles, 14 de octubre de 2015

No estoy en venta

El 5 de octubre se celebró el día mundial del docente. Y mientras aquí estábamos debatiendo sobre cómo motivar a los niños, cómo mejorar el sistema educativo, como implicar a padres, profesores y alumnos en esto de la educación , en otros países se vive una realidad muy diferente.
Ese mismo día, me llegó este vídeo que aquí comparto para que todos lo podáis ver y reflexionar sobre él.

Voy a empezar ubicando el país del que habla el vídeo, Benín, que es un país del oeste de África. Está limitado por Togo al oeste, por Nigeria al este y por Burkina Faso y Níger al norte.

Pues bien, en este país, se puede comprar un niño por 30 €, los niños no tienen ningún valor, son como objetos, mercancías, que trafican contra su voluntad. Es la esclavitud del siglo XXI.
Actualmente hay unos 300.000 niños en circunstancias de esclavitud, niños que proceden fundamentalmente de Benín, Burkina Faso, Mali y Togo y que son comprados y destinados a trabajar en Costa de Marfil, Nigeria, Camerún, Gabón... Niños soldados, que sirven de espías, de detectores de minas, que se les usa como carne de cañón, ofreciendo todo tipo de servicios, incluidos los sexuales.
Afortunadamente hay asociaciones y casas de acogida, que recogen a estos niños y se ocupan de ellos, pero las personas que trabajan con ellos, cuentan que son niños muy desconfiados, se aíslan y no quieren hablar con nadie. A estos niños les roban su infancia y después ya no se fían de nadie, ya cuesta mucho que vuelvan a tener una vida normal y feliz. Lo único que tratan de hacer con ellos es educarlos, intentar formarlos y que olviden en la medida de lo posible lo que han vivido.

Muchas veces no sabemos valorar la suerte que tenemos solo por el hecho de haber nacido en un país europeo, mejor o peor, pero en esta parte del mundo. Y por eso, a mí me gusta recordarlo, me gusta que todo el mundo conozca estas situaciones y me gusta denunciarlas. 

Este documental cuenta en primera persona las historias de Rachidi y Jules. Dos niños benineses que fueron vendidos.
Estremecedor, desde luego.

 

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