El Día
Mundial de la Poesía es un
tributo a la palabra poética, al poema como tal y a los poetas. La poesía es un
género literario que se presenta como la manifestación de la belleza o la
estética por medio de la palabra. Este día fue establecido por la UNESCO en el
año de 1999.
Este día es también el de la celebración
mundial de los bosques, con ella, se nos brinda la oportunidad de
concienciarnos sobre la importancia de todos los tipos de ecosistemas boscosos
y árboles, y de celebrar las diferentes maneras en las que los bosques nos
mantienen y protegen. Este año se subraya cómo la dendroenergía (aquella que
proviene de los árboles) contribuye de manera significativa a mejorar la vida
de las personas, fomentar el desarrollo sostenible y mitigar el cambio
climático.
La poesía y la Naturaleza suelen ir de la
mano, los árboles y bosques, elementos en la Naturaleza que son universalmente y
en todas las épocas reflejados en la poesía.
Sumándonos a estas celebraciones,
primeramente, queremos recomendar un libro editado por ADENEX con abundante
información sobre los distintos árboles con características sobresalientes que
se hallan en nuestra región, "Árboles notables de Extremadura", cuyos
datos fueron verificados y evaluados por la Sección de Botánica de ADENEX
cuando era coordinada por Diosdado Simón Villares (RIP). Diosdado nos dio a
conocer y nos enseñó con este libro cómo amar a la bellísima y mágica
Extremadura a través de sus árboles.
También queremos reflejar algunas de
las múltiples poesías dedicadas a los árboles y bosques en las
que se expresan los más variados sentimientos y valores del ser humano: amor,
muerte, libertad, paz, reivindicación, justicia, ...
ANTONIO MACHADO
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
GLORIA FUERTES
EN
LOS BOSQUES DE PENNSYLVANIA
Cuando un árbol gigante se suicida,
harto de estar ya seco y no dar pájaros,
sin esperar al hombre que le tale,
sin esperar al viento,
lanza su última música sin hojas
harto de estar ya seco y no dar pájaros,
sin esperar al hombre que le tale,
sin esperar al viento,
lanza su última música sin hojas
(sinfónica explosión donde hubo nidos),
crujen todos sus huecos de madera,
caen dos gotas de savia todavía
cuando estalla su tallo por el aire,
ruedan sus toneladas por el monte,
lloran los lobos y los ciervos tiemblan,
van a su encuentro las ardillas todas,
presintiendo que es algo de belleza que muere.
crujen todos sus huecos de madera,
caen dos gotas de savia todavía
cuando estalla su tallo por el aire,
ruedan sus toneladas por el monte,
lloran los lobos y los ciervos tiemblan,
van a su encuentro las ardillas todas,
presintiendo que es algo de belleza que muere.
FEDERICO GARCÍA LORCA
CORTARON TRES ÁRBOLES
Cortaron tres árboles
Eran tres.
(Vino el día con sus
hachas.)
Eran dos.
(Alas rastreras de plata.)
Era uno.
Era ninguno.
(Se quedó desnuda el agua.)
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