Acaban de cumplirse 12 años del mayor atentado terrorista de la historia de España. Es por esto que queremos recomendar un libro de un autor extremeño, Alonso Guerrero, en el que se trata de ver ese fatídico día desde otro punto de vista, no desde las implicaciones políticas, ni desde la investigación, sino desde el punto de vista de las personas que iban en los trenes, a los que la mala suerte se cruzó en su rutina ese 11 de marzo.
Alonso Guerrero nace en 1962. En 1982 gana el premio Felipe Trigo de narraciones cortas con Tricotomía y en 1987 el Navarra de Novela con Los años imaginarios.
Otras de sus novelas son Los ladrones de libros (1991), El durmiente (1998), El edén de los autómatas (2004) o Doce semanas del siglo XX (2007).
La última novela publicada, Un palco sobre la nada (2012), invita a mirar nuestro presente desde el futuro remoto del año 2027.
Otras de sus novelas son Los ladrones de libros (1991), El durmiente (1998), El edén de los autómatas (2004) o Doce semanas del siglo XX (2007).
La última novela publicada, Un palco sobre la nada (2012), invita a mirar nuestro presente desde el futuro remoto del año 2027.
Los atentados el 11 de marzo de 2004 en Madrid, una herida que estremeció a este país y permanece abierta.
Un día sin comienzo es una crónica que va en busca de las personas. No se muestran víctimas, ninguno de los que aparecen en ella imagina que vaya a convertirse en eso, en víctima.
Narrada entre lo real y la ficción, esta crónica nos muestra los minutos previos a los atentados: a cada uno de los ocupantes de los trenes aguardaba una jornada cotidiana. Todos llevaban sus vidas hacia destinos que se mezclaron en el tren, pero que eran únicos y, en apariencia, insoslayables. El azar trágico que impidió que muchas de esas personas sigan entre nosotros, sin embargo, incita a una reflexión sobre el propio azar. Nada hizo pensar que ese día fuera a ser un día sin comienzo.
Un día sin comienzo es una crónica que va en busca de las personas. No se muestran víctimas, ninguno de los que aparecen en ella imagina que vaya a convertirse en eso, en víctima.
Narrada entre lo real y la ficción, esta crónica nos muestra los minutos previos a los atentados: a cada uno de los ocupantes de los trenes aguardaba una jornada cotidiana. Todos llevaban sus vidas hacia destinos que se mezclaron en el tren, pero que eran únicos y, en apariencia, insoslayables. El azar trágico que impidió que muchas de esas personas sigan entre nosotros, sin embargo, incita a una reflexión sobre el propio azar. Nada hizo pensar que ese día fuera a ser un día sin comienzo.
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